Hay gente que los sacas de los somieres y se ponen tan nerviosos que ya no saben qué hacer. Un claro ejemplo es el de esta persona que se olvidó por completo de cómo funcionaba una clásica valla, descubiendo una nueva e ingeniosa función.
Publicada por:
© 2017 Copyright LA VOZ DE GALICIA S.A.
Aviso Legal Política de privacidad Política de Cookies Condiciones generales Contacto